domingo, 18 de septiembre de 2011

Había un sueño en su alma, algo que le permitía levantarse cada mañana con una sonrisa en la cara y diciendo 'hoy será un día especial, hoy echaré todo lo malo por la borda, hoy conseguiré lo que quiero'.. Era decidida, valiente, segura de si misma, luchadora, le afectaba lo que le dijesen los demás, como a todos nos afecta, pero ella era distinta, no se rendía, nunca decía jamás.
Tenía demasiadas personas en su vida, algunas más importantes que otras, pero por alguna extraña razón tenía a alguien a quien a amar por encima de todas las cosas, él. Lo que sentía hacia ese chico era demasiado fuerte, era un amor fuera de control, pero no un amor tal y como lo conocemos hoy en día, no, era algo más, ese chico significaba demasiado para ella, era todo lo que necesitaba, la inspiraba con cada palabra que salía de su boca, la hacía feliz con cada sonrisa que se dibujaba en su boca, la ayudaba a levantarse de cada caída que tenía por mucha distancia que los separase. Si, he dicho distancia, había demasiados kilómetros que los separaban, supongo que eso sería lo que hacía que lo que ella sentía por él fuese cada día más fuerte, toda esa distancia la hacía fuerte, le gustaba superar todos y cada uno de los obstáculos que el destino le iba poniendo para llegar hasta su destino, para llegar hasta él.
Muchas fueron las veces que pasó por su mente el pensamiento de ‘esto es imposible, es un locura, es sólo un sueño.. jamás se hará realidad’ pero inmediatamente después de este pensamiento era como si ese chico le susurrara al oído diciéndole ‘persigue tus sueños, nada grande llega fácilmente.. si de verdad deseas algo con el corazón, el destino se encargará de que lo consigas’ y era entonces cuando se volvía a armar de valor y seguía adelante luchando por aquello que tanto deseaba.
Pasó el tiempo, y ella jamás se rindió, peleó como nadie para conseguir tenerle delante de sus ojos, para poder rozar sus manos con la punta de sus dedos, para susurrarle al oído que lo amaba y que siempre estaría ahí, aunque él no la viese.. Afrontó todo los problemas que eso suponía, alzó la cabeza la cabeza sintiéndose orgullosa ante la gente que la juzgaba por tener dicho sueño.. hacía todo esto por una simple razón, porque desde que lo conoció no había compartido momentos con él, pero si pensando en él. Y todos y cada unos de esos momentos habían sido únicos e irreemplazables.
Por fin llegó ese día, el día en el que su sueño se haría realidad, el mejor día de su vida. Le quería, sin reflexionar, inconscientemente, irresponsablemente, involuntariamente, por impulso. En realidad no tenía argumentos lógicos, ni siquiera improvisados, sólo sabía que le quería, nunca hubiese pensado que fuese a ser él, pero lo era, era él y su manera de hacer las cosas, su forma de mirar, su risa, sus gestos, su pelo, sus manos, su todo.. Tenía tantas cosas que decirle, que no sabía por dónde empezar, y puede que si se pusiera a escribírselas todas una a una, se quedara en blanco porque no encontraría las palabras para expresar todo lo que él significaba para ella. Quizás ese sería el momento de decirle que ella no quería otro sueño, le gustaba ese porque él la ayudaba cada día a hacerlo realidad, le cambió todo, y se lo agradecía, su vida con su existencia es mucho más bonita aunque le tuviese lejos.. Ella le amaba, y amarle era para siempre.

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