sábado, 31 de diciembre de 2011



Las cosas cambian, terminan. Simplemente, se van, y punto. Y ya no están. Y hay que aprender a vivir sin ellas. Todo lo que parecía ser antes, ahora ya no esta. Y mañana, igual ya no lo echas tanto de menos. Pero aunque las cosas cambien,a mi me sigue gustando el helado de chocolate. Sigo yendo al mismo sitio todos los viernes, y los sábados,y los lunes.. Sigo teniendo las mismas manías, mis defectos, mis locuras, y las cosas que me matan, sí, él.Me sigo poniendo nerviosa cuando veo a ese chico por el que me muero hace años, y me sigue costando respirar, y no ponerme a temblar, si esta a menos de dos centimetros mios. Sigo esperando que se avecine la noche que nos cambia de año, y de recuerdos, que pasen los días volando para llegar al seis de enero. Sigo creyendo , que esta es la época de los sueños, donde por más luchar, se hacen realidad. También, siempre hay alguna noche, en la que se llora, por esos que se fueron, y que no están, que no volverán. Pero a fin de cuentas, sigo siendo la misma, esa que años atrás, moría por la Navidad, por los regalos, por tus sonrisas. A la que le encantan los domingos por la tarde, la lluvia. El olor a café y a tostadas. Alcanzar los trenes que se escapa. Ya ves, sigo siendo la misma. Con algún fracaso encima. Pero la misma,.Soy la misma niña, que aprendió a vivir, con cada salida,con cada chocolate, con helados en pleno invierno. La que no tiene miedo, de este año que se acerca. ¿Qué hay que luchar más? ¿Que vienen tiempos malos? Eh, yo fui, la que aposto por los sueños, se rió de los imposibles, y cambió lo improbable, por lo probable. No tengo miedo, estoy aquí, y sé, que todo, absolutamente todo, va a ir mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario